Unas zapatillas Nike bastante sucias es lo que ve un mendigo cuando levanta la vista de su constante modorra, eso y al dueño de los elegantes Martinelli volando por los aires y estrellándose contra el asfalto de la calle María de Molina.
Pero antes de entrar en faena, déjame enseñarte el escenario en el que transcurre esta novela de suspense y codicia.
El trasfondo de esta novela de suspense
El marco de esta novela es la gestación de la crisis económica. Al margen de lo que se dijo en su día, todas y cada una de las entidades bancarias del sistema español tenían pleno conocimiento del significado y las consecuencias que las hipotecas subprime tendrían para la economía.
Cómo se idearon, cómo llegaron hasta nosotros y cómo se distribuyeron entre la sociedad, es el trasfondo de esta novela. El dilema moral que se les planteó a algunos empleados y la codicia que entusiasmó a otros.
Una víctima y un extraño suicidio.
Juan de la Torre y Arzúa, consolidado y afamado director de banca, escucha un ruido de motor a su derecha y, al girarse, ve el morro de un todoterreno negro a cinco metros de distancia, directo a él. No tiene tiempo de reaccionar. El coche le embiste de frente y sale disparado por la calzada a lo largo de treinta metros. El impacto es tan fuerte que puede escuchar el sonido de su cráneo al chocar contra el suelo.
No es toda su vida lo que pasa ante sus ojos, como había oído que sucedía. En su lugar, piensa que así son las cosas y una inmensa paz le invade. El cielo color tiza sucia le invita a dejar este mundo. Gira la cabeza e intenta incorporarse. No puede, es incapaz de moverse. El frío empieza a entumecer todo su cuerpo. Qué pena, piensa, qué final más trágico. Hubiera preferido terminar en Alcalá Meco. Recuerda que no ha escuchado ningún frenazo. Por un segundo, es consciente de su cuerpo y no siente dolor. A su mente viene el rostro nítido del conductor antes de ser atropellado, por una milésima de segundo supo lo que iba a pasar. Escucha de nuevo ruido de motores, no va a hacer esfuerzo alguno por levantarse. Aquí acaba todo.
Codicia
Mientras agoniza, Juan piensa en la codicia. Hacía diez años que sus «amigos» le habían echado el ojo y no habían parado hasta reventarle, de forma literal. Mira de nuevo al cielo antes de que el todoterreno le pase por encima.
Una hora más tarde, el conductor del todoterreno se empotra contra uno de los postes de hormigón de la M30, muriendo en el acto. Testigos del suceso afirman que no fue un accidente, el coche fue directo al pilar.
Con el fin de evitar un escándalo público que para nada beneficiaría a su entidad, los directivos de Bancreg, deciden archivar el caso.
La oportunidad más deseada.
Un año después de este trágico suceso, Maya Masada va de camino a su oficina bancaria, situada en el polígono industrial de una ciudad de provincias, cuando recibe la llamada que siempre soñó. La llaman del departamento de recursos humanos de Bancreg, una de las más prestigiosas entidades bancarias del panorama nacional. Más de cincuenta currículums enviados y otras tantas ofertas de Infojobs contestadas, al fin la llaman.
No se lo piensa dos veces y aprovecha la oportunidad. En menos de un mes se instala en Madrid.
El sector tecnológico tiene los días contados y hay que subirse al carro de la, aún imberbe, burbuja inmobiliaria. Se mete de lleno en un proyecto en el que la estrella son las todavía desconocidas, hipotecas subprime.
Moral y lógica se disputan cada día la razón en la mente de Maya.
De bruces con la realidad
Pero hay otra razón por la que Maya fue contratada en un banco como Bancreg… Al poco de entrar, conoce al Consejero Delegado y a Emmott, un agente de Europol.
Ambos le cuentan lo ocurrido con Juan de la Torre y Arzúa. Al parecer todos en la entidad sabían que su enriquecimiento no era debido, al menos no todo, a su destreza en la bolsa. Sospechaban de algún tipo de negocio sucio, pero nadie se atrevió a comentar nada. Nunca nadie preguntó ni insinuó nada. Sin embargo, el tema había llegado a tal punto que la propia dirección había solicitado al Banco de España una auditoría completa a la oficina de Juan.
Un mes antes de la llegada de los auditores, Juan muere atropellado.
¿Alguien más sabía lo de la auditoría?
La dirección del banco no confía en nadie, solo en Emmott, un antiguo colega del Consejero Delegado, que trabaja como agente en Europol. De manera confidencial, Emmott es puesto al corriente de la contratación de Maya, investigan a la chica y creen que está completamente limpia. Pueden utilizarla para saber qué pasó con Juan y qué tapadera tenía creada en su oficina.
Infiltrada
Necesitan que alguien de dentro pueda acceder a determinados programas sin que esto resulte sospechoso para el resto de empleados.
Al mismo tiempo que Maya y Emmott tratan de destapar la infraestructura que el fallecido director tenía montada, la Guardia Civil recibe continuas alertas de que enormes cantidades de droga están siendo incautadas en las islas…
Con una original y meditada maniobra, Maya consigue llegar a ocupar la dirección de la oficina de María de Molina, ganándose la confianza de los empleados.
Entre los diarios del difunto director descubre un entresijo de sociedades y negocios sucios, que nada tienen que ver con la operativa diaria de la oficina. Para su sorpresa, estas sociedades siguen trabajando, alguien de dentro ha recogido el testigo de Juan, o tal vez era su cómplice.
Con la ayuda de Pablo, el apoyo de Europol en España, ella y Emmott tendrán que descubrir quién es el topo y qué hay detrás de estas sociedades.
¿Quieres conocer de cerca esta historia Black Dollar, Ojos de Codicia?
Si quieres saber cómo está montada la tapadera tendrás que leer esta novela de suspense aquí o aquí. Una trama paradójica que te sorprenderá, con detalles insignificantes en apariencia, que solo Maya es capaz de relacionar.
Lee el libro del tirón, en una sola noche, lo tienes a cero euros en Amazon el 3 de Marzo.
Este es el primer libro de la trilogía Maya Masada. El segundo, El Dios Que Nada Traspasa, lo tienes a la venta también el día 3 en Amazon y tendrás noticias del tercero en breve.
¿Lo has leído ya?